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Desde el mayor gestor de activos hasta el más pequeño inversor individual pueden decidir apoyar
a las empresas sostenibles. Un número cada vez mayor de personas ya no selecciona las
inversiones basándose únicamente en su capacidad para generar rendimientos financieros.
Quieren soluciones sostenibles que no hagan daño, que reflejen sus valores y que contribuyan
a las cosas que consideran importantes. Este cambio básico en la demanda fomenta el
crecimiento de la inversión sostenible. También se está ampliando la gama de productos que se
ofrecen, lo que da a los inversores la opción de elegir el grado de impacto positivo (GWM Asset
Management, 2022).
La inversión sostenible dirige el potencial inversor hacia las empresas que luchan contra el
cambio climático, al tiempo que fomentan la responsabilidad corporativa. En consecuencia, en
los últimos años ha habido un número creciente de voces que han subrayado la importancia de
incorporar la sostenibilidad al proceso de inversión. Con un interés cada vez mayor por parte de
los inversores, ha quedado claro que existe una necesidad urgente de definir mejor las
características financieras de este nuevo paradigma de inversión, especialmente en lo que se
refiere al rendimiento. De hecho, este era posiblemente el obstáculo más importante para los
agentes institucionales, preocupados por incumplir su deber fiduciario al integrar los principios
de sostenibilidad en sus decisiones de inversión. Sin embargo, los numerosos estudios
publicados hasta la fecha han disipado en gran medida el mito sobre la disyuntiva entre
rendimiento financiero e impacto (Friede, Busch y Bassen, 2015).
Además, las empresas con buenos resultados en materia de ASG tienden a tener un mejor
gobierno corporativo y, por tanto, la ventaja de la sostenibilidad a largo plazo, por lo que parece
claro que las empresas y marcas sostenibles en materia de ASG tienen muchas más
probabilidades de estar bien situadas para aprovechar las oportunidades a largo plazo en el
futuro. En otras palabras, la inversión sostenible es importante no solo por ayudar a dar forma al
mundo contribuyendo a un cambio social positivo, sino porque está demostrado que tanto las
empresas como los particulares pueden beneficiarse económicamente si tratan de hacer que sus
empresas e inversiones sean más sostenibles (Harvard Business School, 2022). En pocas
palabras, la inversión sostenible es importante porque puede contribuir a crear un mundo mejor.
Estrategias de inversión sostenible
Una estrategia de inversión sostenible es cualquier método de inversión que tenga en cuenta el
impacto de una inversión además de su rentabilidad financiera. Se pueden seguir algunas
estrategias a la hora de invertir de forma sostenible. En primer lugar, evitar invertir en industrias
o empresas que entren en conflicto con los valores morales. Por ejemplo, las personas que se
preocupan mucho por el calentamiento global pueden optar por no invertir en empresas de gas y
petróleo, mientras que las que se preocupan por la salud pueden optar por no invertir en empresas
tabaqueras. Las personas preocupadas por el calentamiento global pueden optar por invertir en
el sector de las energías limpias. Mientras que los inversores particulares pueden realizar un
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