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El cambio social y medioambiental está ocurriendo más rápido que nunca. El calentamiento global y la revolución tecnológica están remodelando nuestro planeta. En este mundo tan cambiante, cada vez hay más inversores que quieren saber cómo afectan los cambios sociales y medioambientales a sus inversiones y cómo afecta su forma de invertir a la sociedad y el medio ambiente. Sin embargo, la inversión sostenible implica tener en cuenta algo más que el análisis financiero tradicional. La inversión sostenible, también conocida como inversión ESG o inversión socialmente responsable, es el proceso de incorporar factores medioambientales, sociales y de gobernanza a las decisiones de inversión (EY Global, 2020). Más concretamente, la inversión sostenible es un medio de inversión en el que un inversor tiene muy en cuenta los factores medioambientales, sociales y de gobernanza (ASG) antes de aportar recursos y dinero a un proyecto o a una empresa concreta (VentureXchange, 2022
Las personas que invierten de forma sostenible eligen invertir en organizaciones, empresas y fondos con el propósito de generar un impacto medioambiental y social mensurable junto con un rendimiento financiero (Berry, T.C. y Junkus, J.C.,2013).
La idea es que quienes se preparen activamente para las oportunidades y riesgos futuros reconociendo su impacto medioambiental y social tendrán mejores perspectivas a largo plazoque quienes no lo hagan. Por tanto, su competencia para generar rendimientos financierossostenibles debería ser superior a la de aquellos que adoptan una visión a más corto plazo (Schroders, 2020). Además, la cuestión de la inversión sostenible tiene múltiples aspectos,todos los cuales deben tenerse en cuenta si se quiere garantizar la sostenibilidad. Los impactos se extienden por diferentes sectores, desde el cambio climático y las energías renovables hasta la seguridad, la salud y el desarrollo comunitario. En otras palabras, la inversión sostenible garantiza que las empresas no sean juzgadas únicamente por sus beneficios financieros a corto plazo, sino por una visión más amplia de qué y cómo contribuyen a la sociedad en general (Harvard Business School, 2022). Asimismo, a principios de 2020, la inversión sostenible mundial alcanzó los 35,3 billones de USD en los cinco principales mercados, incluidos Europa, Estados Unidos, Canadá, Australasia y Japón, lo que supone un aumento del 15 % en los últimos dos años (2018-2020) y del 55 % en los últimos cuatro años (2016-2020) (Global Sustainable Investment Alliance (GSIA), 2019). En resumen, la inversión sostenible consiste en generar rendimientos que sean sostenibles en el futuro.