https://www.youtube.com/watch?v=MB6lkvwLpCU
El principio de la economía colaborativa consiste en compartir productos o bienes, ya sea a cambio de dinero o de otro equivalente. Para ello se suelen utilizar plataformas en línea especializadas, donde la oferta se encuentra con la demanda. En los últimos años, se puede observar cómo el tema de la economía compartida está ganando cada vez más atención a nivel mundial. La velocidad, la dinámica y el alcance del cambio apuntan a una tendencia sustancial a largo plazo y, como todo cambio, este fenómeno del siglo XXI de la economía compartida conlleva sus propios riesgos, que pueden ser, por ejemplo, la forma semilegal de su funcionamiento.
Definir la economía colaborativa es bastante difícil. Actualmente existen muchas definiciones diferentes de economía colaborativa. Por ejemplo, Goudin (2016) en su estudio The Cost of Non-Europe in the Sharing Economy: Economic, Social and Legal Challenges and Opportunities hace hincapié en la necesidad de determinar criterios claros para la definición correcta mediante el análisis y la recopilación de las definiciones existentes. Define la economía colaborativa como “el uso de plataformas o portales digitales para reducir la escala de las transacciones de contratación viables o bien la participación viable en los mercados de contratación de consumidores (es decir, ‘compartir’ en el sentido de alquilar un activo) y reducir así el grado de infrautilización de los activos”. Por el contrario, Frenken y Schor (2017) definen la economía colaborativa como “consumidores que se conceden entre sí acceso temporal a activos físicos infrautilizados (“capacidad ociosa”), posiblemente a cambio de dinero”.